martes, 19 de abril de 2011

Mi acento andaluz

Hace poco en clase hemos tenido una exposición de Historia que servía para tener un punto extra. Las palabras Historia y punto extra son música para mis oídos aunque claro, no se me da muy bien hablar de historia y hablar en público no es mi fuerte porque tengo mucho acento andaluz. Jolín, a los cuatro años dejé Córdoba pero mi madre es superandaluza y yo he mantenido el acento. Bueno, la presentación fue horrorosa pero conseguí el punto al final.

A la profesora le gustó mucho mi exposición y me dijo que se notaba que entendía de lo que hablaba y que estaba muy bien explicado. Pero las dos coincidimos en algo: para el subconsciente de quien me escucha, hablar con acento andaluz de cosas formales da como gracia porque el acento andaluz siempre suele recordar a gente que cuenta bien los chistes.